En medio de un periodo de calma aparente, Vospi, quien representara a Rusia en la categoría Free Style en WPF2005, vuelve a mitad de año con una nueva propuesta musical titulada ‘and then I went silent.’, una serie de pequeñas composiciones de ánimo melancólico interpretadas en piano.
Compuesta por un total de cinco piezas musicales hasta el momento, ‘and then I went silent.’ funge como la banda sonora de los escritos personales del compositor que acompañan a cada pieza al momento de darse a conocer en redes sociales.
En su primera publicación, el autor de “Smells Like A Chocolate” titula su serie luego de expresarse sobre la afinidad de sus compañías hacia la música, inclusive el silencio que sucede al cesar con la última nota musical.
Traducidos al inglés desde su cuenta de VKontakte, los escritos de Vospi emergen como pensamientos fugaces capturados en un diario, y materializados en notas musicales tal como lo haría 1900 en ‘La Leyenda del pianista en el océano’.
Parte 1
Toqué el piano.
Cuando toco para mis invitados, en la oscuridad, surge un tenue sentimiento tan especial que todos compartimos en ese mismo momento. Incluyendo el silencio, e incluyendo la repentina desaparición de la música que acaba de estar ahí.
Pero cuando grabas algo, puedes sentir que ha sido inmortalizado, tan solo para caer dentro de una gran pila de música que no dejó ese rastro tan especial — como cuando no puedes siquiera recordar la melodía, ni escucharla, pero te puedes sentir la calidez del recuerdo de esa noche.
Parte 2
Probablemente ya te hayas dado cuenta de esto: No todos los sentimientos te pegan directamente en la cara y desaparecen al igual que un destello.
Algo de ello siempre se queda. Te estrangula un poco para después dejarte en paz, pero solo por un rato. Entonces, el ciclo vuelve a repetirse.
Parece ser parte de un mismo pensamiento todo el tiempo, pero no puedes decidir si es un factor decisivo o un salvavidas. Te molesta, para después propinarte una caricia —pero por ahora es parte que ha de quedarse en ti. Y, probablemente, te sea de ayuda, después de todo.
¿No te queda duda de eso?
Parte 3
El protagonista de un libro se sentó frente a una fogata y leyó libros que había escrito hace 30 años. Aquellos que olían a su tinta favorita eran aquellos donde había escrito notas de esperanza o donde aquella mujer, ahora casada desde hace ya mucho tiempo, había dejado su firma.
Un hombre tan perturbado por su pasado que decidió quemar un libro tras otro, hasta que quemó aquél en el que estaba escrito.
Parte 4
Un hombre con reloj de oro y sus amigos están sentados en sus sillones llenando la sala de humo. Los minutos pasan en ese ambiente cómodo y relajado, los oscuros tonos de la madera evocan un sutil sentimiento de alegría, tal como para dibujar una sonrisa en tu rostro sin razón alguna.
Alguien toma el control remoto y enciende el televisor con señal de cable bastante decente: un exquisito teatro de variedades político.
Hay lugar para todo: para el amor y para la dificultad, para la paz y para el sufrimiento, para la inevitabilidad y para la decisión. Qué bello guión, ¿quén lo habrá hecho?
Página tras página, la historia moderna lo revela por sí mismo, y la bandera estrellada lo domina todo, lista para diezmar en donde sea que el amo lo requiera, lista para llenar cualquier eslogan de nobleza y alegría.
Oh, dime, ¿no lo puedes ver?
Parte 5
¿Qué puedo decirte?
Me pregunta, ¿qué más puedo decirte?